domingo, 2 de junio de 2013

VIDA Y MUERTE DE UNA ESTRELLA

Pocas cosas en esta vida pueden resultar tan románticas e inspiradoras como mirar un hermoso cielo estrellado en una noche despejada. Mirar las estrellas nos hace pensar en la belleza e inmensidad del Universo, en sí estamos solos en él, en si Dios existe y qué pasa con esta loca humanidad; o simplemente, nos hace pensar en nuestros sueños y esperanzas, que tienen para nosotros una vital importancia aunque puedan parecer pequeños comparados esos cuerpos celestes que están a miles de años luz de distancia. Por que para empezar, lo primero que debemos saber de las estrellas es que en astronomía se definen como todo cuerpo celeste que tiene brillo propio y emite luz y calor. Lo siguiente que quizá algunos no sepáis, es que las estrellas no son eternas. Cada estrella tiene, como si fuera un ser vivo, su ciclo de nacimiento, vida y muerte, que los científicos a día de hoy siguen tratando de estudiar, y cuyo descubrimiento ha desvelado no pocas sorpresas. Sin ser excesivamente científicos, y me disculparéis por ello, en esta entrada trataremos de explicar de la manera más sencilla posible ese fascinante ciclo por el que una estrella nace, vive y muere, y que es uno de los más increíbles misterios del Universo.

1. NACIMIENTO DE LA ESTRELLA: 

Las estrellas nacen y se forman en nebulosas, es decir, enormes nubes de polvo y gas que se hayan repartidas por todo lo largo y ancho del Universo. En ellas, predominan sobre todo los gases ligeros, como el hidrógeno y el helio. De gran belleza, las nebulosas tienen además una enorme importancia en la formación de galaxias, planetas, y por tanto, de la propia vida. Todo comienza cuando, por causa de la gravedad, los átomos de hidrógeno y helio se empiezan a juntar, hasta que se forma algo similar a un disco plano, en el que la materia va siendo cada vez más comprimida y densa. Dicho disco es el embrión de la futura estrella, llamado también protoestrella. Cuando se alcanzan niveles muy altos de densidad y calor en el centro del disco, los átomos de hidrógeno se fusionan, mediante una potente reacción térmica nuclear, adquiriendo forma de esfera y dando lugar así a la estrella tal y como la conocemos. 

Por su forma de columna, esta nebulosa ha sido llamada "Los Pilares de la Creación"

Nebulosa de Orión

Ilustración que nos muestra el aspecto de la protoestrella, o estrella a punto de nacer

2. VIDA DE LA ESTRELLA: 

La fase principal de la vida de una estrella puede durar miles de años. En ella, la estrella va quemando su combustible, es decir, el hidrógeno, y transformándolo mediante la fusión en elementos cada vez más pesados (helio, carbono,oxígeno,magnesio, e incluso en algunas ocasiones, hierro) Esta fase es normalmente estable, o al menos en apariencia, ya que la estrella lucha constantemente contra la misma fuerza que en su momento ayudó a crearla: la gravedad, que amenaza ahora con hacerla colapsar en cualquier momento. Lo normal es que tendamos a comparar a todas las estrellas con la que tenemos más cerca, es decir, nuestro Sol. En realidad, el Sol es una estrella de las llamadas "Enana Roja"; y es del tipo más común y estable del Universo, al menos que se conozca. Existen miles de millones de estrellas como nuestro Sol, y las "enanas rojas" con relativamente frías y tranquilas, en comparación con otro tipo de estrellas como las "Gigantes Azules", de enorme tamaño, masa y densidad y con una potencia sobrecogedora que dejará a nuestro adorado Sol como a una simple bombilla. También están las denominadas "Enanas Marrones", una estrella fallida, que nunca llegó a producir la reacción nuclear suficiente como para generar calor y brillo, y que son realmente esquivas y difíciles de encontrar. Cuanto dure el ciclo vital de la estrella depende en gran medida de su estabilidad, y sobre todo, de su masa.

Nuestro Sol, un buen ejemplo de "Enana Roja"

Ilustración en Devianart de Rigel A, una "Supergigante Azul", sacada de guillebot.devianart.com. Esta estrella se encuentra en la constelación de Orión.
Nibiru, una "Enana Marrón"

3. MUERTE DE LA ESTRELLA: 

Sin duda ninguna, la fase final de las estrellas es la más fascinante desde un punto de vista del estudio científico. Son muchos los fenómenos que pueden darse cuando una estrella consume todo su combustible y deja de producir reacciones y energía. La mayoría de "enanas rojas"; las estrellas más comunes como nuestro Sol, terminan de la misma manera: al consumir el hidrógeno, comienzan a fusionarlo, convirtiéndolo en helio. Pero su combustible se agota, y en un último y desesperado intento por sobrevivir la estrella intenta fusionar electrones. Estos rechazan la fusión, puesto que tienen todos una carga negativa, y se repelen entre sí. La estrella no puede aguantar más, y su núcleo estalla, dejando tras de sí un remanente estelar o resto, un cuerpo ya frío y apagado en comparación con la estrella previa, y que es llamado "Enana Blanca". Esta es la forma más tranquila y discreta en que una estrella puede morir, y se cree que, a menos que ocurra algún incidente cósmico imprevisto, nuestro Sol correrá esa misma suerte dentro de unos 5.000 millones de años, aproximadamente. Y eso porque el Sol es una estrella solitaria :en realidad, esto es algo extraño, pues a menudo las estrellas tienen compañeras, con las que forman sistemas binarios o incluso, constelaciones. Cuando una estrella emparejada de un sistema binario se convierte en una "enana blanca", puede optar por absorver materia de su compañera, hasta causarle el colapso, provocar el suyo propio o el de ambas. Sin embargo, los fenómenos más curiosos, asombrosos y espectaculares suelen ocurrir con las estrellas más luminosas y de mayor masa, las "Gigantes Azules" y otras estrellas que son muchísimo mayores que nuestro Sol. Al tener una mayor masa, estas estrellas son por naturaleza, mucho más inestables.  Consumen su combustible mucho más rápidamente, y no se quedan solo en el helio al ir transformando elementos en cada vez más pesados, sino que siguen produciendo reacciones, llegando algunas a crear incluso un pesado núcleo de hierro. Cuando la estrella alcanza una temperatura crítica, varias cosas pueden ocurrir. Algunas estallan en forma de Supernova, formando impactantes explosiones que no solo liberan gran cantidad de energía, sino que pueden ser también una nueva nebulosa o zona de nacimiento de estrellas. También se cree que las supernovas, especialmente las de estrellas supermasivas que se formaron poco después del Big Bang, tuvieron una gran influencia en el origen de los planetas, e incluso, de nuestra propia vida aquí en la Tierra. El oxígeno que respiramos, el hierro de nuestra sangre o el calcio de nuestros huesos muy bien pudieron ser expandidos por todo el Universo gracias a las potentes supernovas. Por ello es que el famoso astrofísico Carl Sagan aseguraba que somos polvo de estrellas. Precioso si lo piensas, ¿verdad? Incluso en nuestros propios cuerpos podemos encontrar restos de esos masivos y potentes eventos estelares  que tan lejos parecen estar de nosotros, y sin embargo, forman hasta parte de nuestro organismo. 

Pero aún hay remanentes estelares más impresionantes que las supernovas. En ocasiones, la estrella masiva, al consumir todo su combustible, recurre al mismo truco que la "enana roja", es decir: tratar de fusionar electrones. Posee mayor poder, de modo que, en este caso, consigue fusionar los electrones convirtiéndolos en neutrones, una peculiar partícula subatómica. Se transforma entonces en una estrella de neutrones, un extraño cuerpo celeste que gira a gran velocidad, y que fue descubierto por primera vez no hace tanto, solo en 1934. Algunas de estas estrellas de neutrones pueden mantenerse estables durante algún tiempo, pero otra posible evolución de las estrellas masivas que fusionan sus electrones es que no puedan mantener su estabilidad. Ceden a la gravedad y su núcleo colapsa, formando un objeto tan opaco, tan denso, y con tal concentración de materia en su interior que ni siquiera la luz puede traspasarlo. Se trata del objeto estelar más misterioso, peligroso y fascinante del Universo: un agujero negro. 

Sitema binario Sirio, con una "enana blanca"; apenas visible junto a su compañera

Enana blanca robando materia de su estrella compañera

Estrella de neutrones, también llamada púlsar

Restos de una Supernova

Agujero negro, desviando incluso la luz de las estrellas más cercanas. 

Esto es todo. Espero que os haya resultado interesante y ameno, y de nuevo disculpad la ausencia de fórmulas o términos de la física, pero es que la ciencia no es lo mío, aunque me encanten estos temas. He puesto enlaces para los que estéis más puestos en el tema, para que tengáis una terminología más científica. Yo personalmente, me quedo con la gran belleza de todos estos fenómenos, que nos parecen masivos y lejanos, y nos hacen sentir pequeños, pero que, como ya hemos visto, forman parte de nosotros de una manera mucho más íntima de lo que nunca podíamos imaginar. Sin duda, la ciencia descubrirá muchos más de los misterios del Universo, y cosas de las que hoy no tenemos ni idea tendrán explicación y respuesta. Pero el Universo es tan enorme, tan vasto, que mirar las estrellas nunca dejará de producirnos esa romántica sensación de inmensidad, de ser chiquititos, apenas un puntito de nada en el telescopio de alguien. Cierro con un vídeo que explica todo esto de manera muy interesante y más científica que yo, aunque es algo largo, pero merece la pena verlo. Espero que os haya gustado esta entrada estelar. ¡¡Nos vemos pronto!!

1 comentario:

Galena dijo...

A mí estos temas también me gustan mucho, pero la nomenclatura científica no es lo mío.

Ha sido una entrada muy interesante, está bien saber que nuestro sol es una estrella estable ^^

Saludos,

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